Sin lugar a dudas la causa subyacente de la relación negativa entre el hombre y el jaguar se incrementa en las zonas donde se presentan ataques a los animales domésticos (Rabinowitz 1986; Caselli deAzevedo y Conforti, 1999; Hoogesteijn et al. 2002).

Casi todas las zonas rurales donde habita el felino y que no corresponden a áreas de conservación, los ataques son cada vez mas recurrentes, sobre todo cuando los bosques y selvas se han reducido y la ganadería de vacas, borregos se ha extendido, y que muchas veces son incentivada desde los mismos programas de gobierno. (Estudios del jaguar en Oaxaca, 2011).

El problema de la muerte de individuos de jaguar por causas de ataques directos al ganado no se centra directamente en las comunidades, ya que las necesidades de estas poblaciones fluctúan dependiendo al contexto social y geográfico en la que se encuentran, si no en los incentivos y costumbres de inducir a la ganadería en zonas de riesgo de encuentros e interacción con el felino y en la falta de capacidad de ejecución y reglas de operación de proyectos productivos por parte del gobierno federal y que no están adecuadas a la realidad de las comunidades campesinas que cohabitan con el jaguar. (Rosas Vigil, 2001).

El problema de la muerte de individuos de jaguar por causas de ataques directos al ganado no se centra directamente en las comunidades, ya que las necesidades de estas poblaciones fluctúan dependiendo al contexto social y geográfico en la que se encuentran, si no en los incentivos y costumbres de inducir a la ganadería en zonas de riesgo de encuentros e interacción con el felino y en la falta de capacidad de ejecución y reglas de operación de proyectos productivos por parte del gobierno federal y que no están adecuadas a la realidad de las comunidades campesinas que cohabitan con el jaguar. (Rosas Vigil, 2001). El objetivo es ahuyentar al depredador, protegiendo al ganado resguardado dentro del corral.